Las mermeladas de frutas son muy fáciles de preparar. También hay muchas maneras de hacerlo. Les comparto la receta de mi abuela, que creo es la receta de la mayoría de ellas, pero quizás con algunos truquitos extra:
MERMELADA DAE MORAS:
Le limpian las moras y se lavan muy bien. Le licúan un poco de tal manera que la fruta no se deshaga completamente. La pasan a una olla y se le agrega agua hasta que las cubra. Se endulzan preferiblemente con miel de panela, o si prefieren azúcar morena. Algunas personas dicen que no hay que endulzar pero en el caso de la mora es mecesario. Se agrega canela al gusto ya sea en astilla o molida, un poco de anis y un clavo de olor. Se pone a fuego alto y cuando hierva se baja la temperatura a fuego lento. Se revuelve de vezen cuando para que no se pegue y cuando tiene una consistencia cremosa se retira del fuego y se deja enfríar. Pasar a un recipiente de vidrio y plástico y mantener en el refrigerador.
Lo anterior se puede hacer con fresas, frambuesas y uvas negras.
Cuando la mermelada es de guayaba, tomate de árbol o manzanas se debe licuar completamente hasta que quede cremoso y realizar el mismo procedimiento.
Estas mermeladas se deben consumir en el menor tiempo posible ya que no contiene ningín tipo de preservativo, pero lo mejor de todo es su composición es cien por ciento natural.
DULCE DE TOMATE DE ÁRBOL:
Se toma una docena de tomates de árbol y se colocan en agua hirviendo por unos 5 minutos; este procedimiento es sólo para qué la cáscara se ablande y poderla retirar fácilmente; otra opción es pelarlos con un cuchillo pero sin tener que sumergirlosen agua caliente.
Luego se colocan en agua con suficiente azúcar (preferiblemente morena) para que se cocinen lentamente; se les agrega unas astillas de canela al gusto y si se quere anís y clavo, pero esto dos últimos ingredientes son opcionales. Se revuelve de vez en cuendo muy suavaemente para evitar que los tomates se desbaraten pues se han colocado a hervir completos. La clave de esta receta es dejar que los tomates se cocinen a fuego muy bajo hasta que se vaya formando una espuma cremosa, lo que indica que ya están en su punto. Se deja reposar y cuando están fríos se colocan en un recipiente de plástico o vidrio. Se sirven en su salsa.
Este procedimiento lo pueden realizar con otras frutas como los duraznos pequeños, sin necesidad de retirarles la pepa.
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